¿Qué significa KORA?
KORA Centro Comunitario adoptó su nombre de la querida práctica tibetana del Kora, que se refiere al acto de caminar alrededor de un objeto sagrado, o “circunvalación”. En la tradición budista tibetana, el Kora es tanto un tipo de peregrinación como una práctica meditativa. Es una manera de purificar el karma negativo, eliminar obstáculos y generar bendiciones a través de acciones positivas


Los rituales de circunvalación y peregrinaje se encuentran en muchas tradiciones espirituales, incluyendo el cristianismo, judaísmo, islam, hinduismo, budismo y muchas tradiciones indígenas y chamánicas que se remontan a los inicios de la experiencia humana. Estas prácticas reflejan la naturaleza cíclica de la existencia y los recorridos estacionales de las migraciones nómadas, profundamente arraigados en el mundo natural.
Los budistas circunvalan muchas cosas, como stupas, templos, montañas y lagos sagrados, terrenos de entierro y otros sitios sagrados, caminando a su alrededor en dirección de las manecillas del reloj mientras mantienen un estado de presencia y consciencia. En el budismo, la intención se considera más importante que el ritual, por lo que, idealmente, se practica el Kora con todo el ser: el Cuerpo (caminando), el Habla (recitando oraciones, mantras o manteniendo el silencio) y la Mente (pensando en pensamientos beneficiosos y enviando bendiciones a todos los seres).




Cuando circunvalamos un sitio tan potente y profundo como la Stupa de la Iluminación, ubicada en el corazón del KORA Centro Comunitario, sosteniendo una motivación que busca sabiduría y compasión para el beneficio de todos los seres, generamos energía positiva que se irradia en círculos concéntricos de influencia, enviando poderosas bendiciones a la comunidad y más allá. La práctica de Kora es especialmente poderosa cuando se realiza en momentos favorables, como las lunas llenas y nuevas, los solsticios y equinoccios, u otros días auspiciosos. Es costumbre dar al menos tres vueltas, pero cuantas más vueltas des, ¡mejor!
​​Cada paso que damos en Kora puede impulsarnos hacia adelante en el camino de expandir y profundizar nuestra capacidad de encarnar la presencia y la bondad amorosa que son nuestra verdadera naturaleza. Más adelante, al caminar por nuestra vida cotidiana, podemos llevar esta capacidad a más y más aspectos de lo que hacemos a diario y compartir la bendición con todos los que encontramos.
Es una práctica que realmente puede transformarnos.​
Como señaló Lama Atisha hace mucho tiempo:
"No hay mayor práctica que Kora"

